Como expertos en coaching deportivo sabemos que es importante contar con una persona que guíe nuestro entrenamiento y nos motive a seguir, pero por muy bueno que sea el coach poco se puede hacer si la persona que está entrenando no se esfuerza en motivarse a sí misma.
Motivar a los demás es difícil, pero motivarse a uno mismo puede ser más difícil todavía. Tanto si estás empezando a practicar deporte como si ya eres un deportista experimentado que quiere mejorar su rendimiento, motivarte a ti mismo es imprescindible.
El experto en coaching deportivo puede ayudarte a establecer una buena rutina de entrenamiento, pero procura que dicha rutina incluya aquellos ejercicios que más te gustan o que prefieres practicar, así no te dará tanta pereza.
Hablando de pereza, si eres de los/las que piensa que eres una persona perezosa, es hora de cambiar esa visión de ti mismo. Es hora de que empieces a pensar en ti mismo como una persona activa y saludable. No se trata de machacarse durante horas en el gimnasio, sino de lograr establecer una rutina de ejercicios que mejore nuestra salud a nivel físico y psíquico, ayudando a que nos sintamos mejor con nosotros mismos.
A la hora de buscar motivación para hacer deporte muchas personas que empiezan en la práctica deportiva lo hacen pensando en lo mucho que va a mejorar su cuerpo. Sin embargo, los últimos estudios demuestran que esto es contraproducente si no se alcanzan los objetivos previstos o si se tienen objetivos poco realistas, lo que además de desmotivación provoca frustración.
En estos casos lo mejor para motivarse es pensar en lo que eres capaz de hacer y en como tus aptitudes mejoran con cada día de entrenamiento. De esta forma el protagonista del entrenamiento eres tú y no tu cuerpo.